LA VOZ / Luis Rubio: Soy una Pyme del humor

Luis Rubio vuelve a la acción con Eber Ludueña en la versión teatral de «Mar de fondo». El actor rosarino habla de ese regreso, de su carrera y de su idea del humor.

Por Javier Mattio
 
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Termina la función. Detrás del telón del Candilejas proliferan las cámaras, los flashes, los autógrafos. Por allí están Alejandro Fantino, Anita Martínez, Gastón Recondo y Luis Rubio, el staff y elenco de Mar de fondo, con vista al lago, la obra que lleva al escenario el programa deportivo y de otras yerbas que le ponía espíritu desenfadado a la medianoche y que llegó a

convertirse en algo así como un clásico de la TV argentina.

En esta encarnación nostálgica y recargada que incluye clips con los greatest hits deMar de fondo e invitados especiales que pasan por las tablas para ser entrevistados por Fantino (el último fue Cacho Buenaventura, al que se sumó un cameo en vivo de Hernán Díaz), la presencia de Eber Ludueña es casi tan fundamental como la del conductor santafesino. La «Motosierra humana», ex lateral derecho y vieja gloria del fracaso futbolístico irrumpe en la función con bombos y platillos ante un público que lo celebra como un chiste viviente. Tal es la efectividad del personaje de Luis Rubio, que consiguió gracias al humor los aplausos que no logró con el fútbol, y que incluso tiene en la obra su propio homenaje hacia el final, a la manera de un falso documental.

Es un tanto paradójico que Rubio, quien después de Mar de fondo siguió apareciendo en televisión y concibió personajes nuevos como el creativo chic Ramiro Agujis, viva ahora con Ludueña su propia mirada retrospectiva, tal como el futbolista lo hace al recordar sus lejanas épocas de lesiones (ajenas), expulsiones y goles errados o en contra. Y es otra paradoja que el que habla por Rubio al término de Mar de fondo, con vista al lago sea Eber Ludueña y no al revés: el humorista sigue con su bigote pajizo, joggins y botines retro, y hasta mira de a ratos hacia el piso como el ilustre defensor.

«Fue una idea que me llegó a través de Ale, él me llamó», recuerda Rubio acerca del día que se enteró de la inminencia de la temporada veraniega y lacustre de Mar de fondo. «Me gusta probar la aventura y volver a laburar con un grupo de amigos como somos nosotros, me pareció divertido intentarlo, y además tuvimos suerte, la obra está teniendo muchísima repercusión», celebra el humorista, aún agitado por el show.

Y relativiza la cuestión nostálgica: «Sí, son épocas que me marcaron. Igual soy un tipo concentrado en el presente, en lo que estoy haciendo, proyectando lo que viene, pensando en el futuro. Pero disfruto de poder evocar las cosas que hice y en las que me ha ido bien. No estoy anclado ahí, pero no reniego de las cosas lindas, positivas».

-¿Cómo llegaste a «Mar de fondo»?
-Había hecho guiones para un programa de Pergolini de fútbol, Palo y palo, en el 1997 y 1998. Ahí pasé por TyC Sports y conocí a algunos productores. Después entré como guionista en el año 2000, y en 2001 llegué a Mar de fondo grabando unos tapes. En 2002 estaba en el piso, en vivo. Eso fue hace 11 años. Ahí empecé. Eber pegó del 2002 al 2005, esos cuatro años fueron muy fuertes. Y sí, me acuerdo perfecto. Soy memorioso.

-¿Por qué creés que Eber sigue funcionando, incluso mejor que antes?
-Los antihéroes son atractivos. Como decía Fontanarrosa, el superhéroe hace lo que quiere, el antihéroe hace lo que puede. Eso lo identifica con la gente, y además el personaje toca la cuerda del fútbol, que es universal. Por otro lado, Eber se ha ido ampliando hacia áreas como la tele, los viajes, las mujeres, que no se agotan en la formación 4-4-1-2, el arquero y el lateral. Esa amplitud lo ha hecho llegar a otro público.

-¿Qué rescatás de esta versión teatral de Eber?
-Me gusta, yo empecé como actor, estudié con Norman Briski y eso me facilita la cuestión. Contrariamente a la gente que surge del periodismo o de una redacción, yo fui guionista pero empecé como actor. El contacto con la gente me ayuda, me carga.

A la superficie
Tras el final de Mar de fondo Luis Rubio se siguió reinventando y continuó nadando en las cambiantes aguas de la televisión, más que nada como conductor, aunque también se expandió a otros registros: hizo radio con el mismo Fantino en 2011 y probó suerte en la todavía experimental plataforma de la televisión en la web, donde se agenció otro triunfo satírico con Ramiro Agujis, cuya saga de sketches paródicos de la publicidad ya va por su cuarta temporada, y que tal vez pronto tenga su versión en TV.

¿Cuáles son las características de Luis Rubio como humorista? ¿Qué piensa él que lo distingue de un Diego Reinhold, de un Capusotto? «Soy un tipo que aborda universos no tanto a través de lo físico sino más bien con las palabras, con las ideas. Y soy muy autogestivo, me gustan los proyectos en los que pienso una idea, creo un personaje, estoy metido en el guion… Soy una especie de Pyme del humor, soy bastante solitario en ese sentido, aunque no me niego a las colaboraciones: he formado dúos, grupos», comenta.

-En «Mar de fondo, con vista al lago» bromeás diciendo que la Caminera local es la peor del país. ¿Tuvo que ver con alguna anécdota puntual?
-Es algo que veo, es real, es así. El humorista lo que hace es tomar el pulso de lo que pasa. Nos han parado un par de veces y también es algo que observo, que me han comentado. Como dicen los que estudian el rubro, uno se entera de lo que no sabía por los periodistas y se entera de lo que ya sabía por los humoristas. Lo que hacemos es poner en evidencia lo que todos piensan y ven pero no dicen. Es esa mirada de niño.

-¿Cuál es tu concepción del humor?
-Soy un tipo amplio, me río de cosas muy simples, desde las cámaras ocultas que pasan en los aviones hasta errores de la tele o algo más sofisticado como un cuento de Fontanarrosa o Les Luthiers. No me interesa mucho el humor negro ni la picaresca o la comedia más sexual, pero por fuera de eso miro mucho cine cómico, veo cosas en Internet y disfruto del humor. Hay que ser agradecido con los tipos que te hacen reír.

Mar de fondo, con vista al lago
Todos los martes a las 22 en Teatro Candilejas (Pasaje Niní Marshall s/n, Carlos Paz). Entradas $ 150 en Autoentrada.

 

Fuente: http://vos.lavoz.com.ar/verano-2013/luis-rubio-soy-pyme-humor

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